Hoy quiero enseñaros un trabajo muy especial para mi. Esta nube que os enseño fue la primera que confeccioné, hace ya cuatro años, para una niña muy especial. Nayra se enamoró de su nube, se la llevaba a todas partes y dormía cada noche con ella. Con el paso de los años y después de muchos achuchones y muchos lavados la nube de Nayra empezó a deteriorarse y su mamá me encargó otra.
Y esta es la nueva nube y la nueva historia que he bordado a mano en ella. No pretende sustituir a la primera pero si relevarla en la hermosa tarea de acompañar a Nayra en todos sus sueños mientras se hace mayor… «y un día esa nube se le quedó pequeña, y la dejó descansar. Miró al cielo y había otra, había mil, esperándola. Nayra crecía…»
Quien sabe, igual dentro de otros cuatro años coso otra para que la acompañe en la adolescencia…